Se genera así una construcción desarrollada en una sola planta, con el programa muy diferenciado en base a la disposición en torno a una planta en L presidida por los volúmenes emergentes que delimitan las unidades propiamente dichas. Esta planta se adapta a las alineaciones existentes siempre a través de los elementos generales de distribución y desarrolla sus fachadas principales hacia las orientaciones más idóneas lo que repercutirá en un mayor aprovechamiento del soleamiento.
Accedemos pues al centro de gravedad a través de un porche cubierto, que nos conduce directamente a un eje longitudinal de servicios orientado de norte a sur, más amplio, a modo de vestíbulo, de patio cubierto, de zona de expansión, que comunica toda la zona administrativa y la sala polivalente, muy abierto, casi un filtro con la parte de atrás donde se desarrolla ese accesorio fundamental de la educación que supone el deporte a través de la pista abierta polideportiva. El otro eje más contenido de dimensiones, más recogido, en dirección este-oeste, distribuye las dos unidades (de 6,80m de luz) orientadas al sur, que configuran dos volúmenes con un patio intermedio o “aula exterior”, cerrándose al norte mediante la disposición al otro lado del pasillo de toda la batería de aseos y cuartos húmedos. Cada aula cuenta a su vez con salida directa a un jardincillo exterior y disponen ambas de iluminación cenital a través del juego de cubiertas con orientación al norte.
El acceso al edificio se verifica a través del nudo o vértice de la citada L a través de un porche cubierto que protege la entrada de la que salen sendos pasillos-galería, con luces a los patios de juegos, distribuidores de todos los recintos cuyo uso queda perfectamente separado al desarrollarse en uno de los brazos el aulario y en el otro las zonas de servicio y administración.